sábado, septiembre 24, 2005

a VoS....

Me pare cientos de veces frente al abismo… lo mire con tanto deseo y nunca supe porque no salte. Jugué con diferentes filos sobre mi piel… y nunca supe porque no corte profundo. Arme pirámides de pastillas tirando la “botellita” por si o por no y aunque siempre fue si, nunca las tome. Y hoy estoy acá, admirando mis dudas, agradeciendo la segunda oportunidad que me ella me dio.
Por un momento no lo creí. Cerré los ojos e intente verlo desde afuera y todo siempre era irreal. No podía conectar aquella imagen con tu voz. Decías que te quería besar sin casi conocerte… y pensar que ahora tus besos son mi alimento. Se me eriza la piel al pensarte, me tiemblan las piernas al besarte, me brillan los ojos al mirarte.
Pensar que un año atrás la vida jugaba una ruleta rusa sin piedad, atada a un pasado que no me dejaba respirar, que intentaba hundirme siempre un metro mas profundo. Y ahora todo cambio, en tan poco tiempo, en un simple abrir y cerrar de ojos. Ahora te tengo a mi lado y no podría explicar como paso… aunque… importa? Solo se que no quiero soltarte, ni quiero que me sueltes, no deseo alejarme, menos aun que te alejes.
Alucine esa noche de “café mentira” con esas miradas tímidas y casi obvias… con tan poco espacio que era un infinito eterno. Pasos discontinuos de evasivas, de palabras incomodas, de un stop en una esquina, de una mirada única y un beso mágico.
Ame esa noche de copas donde aunque casi sin pensarlo nos casamos en un juego que nunca voy a olvidar.
Podría decir millones de cosas mas… pero todo se resume a que el pasado quedo atrás y mi presente esta lleno de tu aire, de tu voz, de tu piel, de tu ser… y que me siento feliz.

martes, septiembre 20, 2005

MaRuJiS:

Perdoname... se me paso... muuuuy mal de mi parte, ke mala amiga soy... perdon perdon perdon...
Tarde pero seguro... FELIZ CUMPLE!!!
TKM!

-*TiNi*-

domingo, septiembre 18, 2005

Miedos...

El pasado te pisa los talones y ahi te encontras intetnado zafarte y seguir adelante sin ke te permita caer.

Miras atras y lo ves... todavia podes sentir su respiracion en tu piel pidiendo un poco mas del deseo que supieron encender. Sentis sus manos, akellan tan ajenas hoy todavia rozando tu piel, sentis como keman akellas marcas ke dejo hace ya tanto tiempo... y no podes avanzar. Te kedas ahi, te atas a eso, te moris xke esas manos sean tuyas de nuevo, te sentas en akel frio y oscuro rincon -akel ke te vio llorar tantas veces- a recordarlo. No podes salir, te sentis tan comoda, te acurrucas cada vez mas e intentas seguir plagiando esa noche ke te espera. Y el tiempo pasa, la noche se desvanece y no te moves de ahi. No podes dejar de imaginarlo dentro de akella ropa ke solias odiar y ke amabas tanto desarmar.

Enlokeses tirada en el rincon, mirando tu desgracia y sintiendo el deseo en tu cuerpo. Akel deseo ke te enciende, akel ke recorre tus tobillos y se apodera de tus piernas, akel ke recorre tu vientre sin inmutarse, akel ke besa tus pechos, akel ke muere en tu boca. No te permitis sentir el deseo de otro recorriendote. No keres seguir andando sin desear. No podes moverte, te atrapo akello ke tanto odiaste pero ke no pudiste dejar de amar.

Te odias por sentirte asi, te odias por no dejarte escapar, te odias x el hecho de culpar a los demas x no enamorarte, los culpas, los odias, los amas, pero nunca sentis lo mismo, te sumerjis en toda esa destruccion ke construiste. Lo odias, keres abrazarlo, keres amarlo, keres hacerlo feliz, keres ke te desee, keres ke te toke, pero no podes sikiera mirarlo a los ojos... Keres darle un fin, keres sacarlo de tu mente, pero eso sabes nunca podra pasar, esta ahi, penetrando tus sentidos...

viernes, septiembre 16, 2005

DiaS y DiaS...

Ya eran mas de las 4 a.m. y ella seguía ahí... dando vueltas en la cama, mirando a un lado, al otro, cambiaba la almohada de lugar, inventaba posiciones jamás realizadas, se tapaba, se destapaba, contaba ovejas, perros, gatos, hasta dinosaurios, no sabia que mas hacer, no podía conciliar el sueño.
Las 6 a.m. y seguía tratando de dormir. Las 7 a.m. y el mal humor le imposibilitaba pensar en otra cosa mas que en las ganas de dejar atrás la vigilia. Las 9 a.m. y el despertador comenzaba a sonar. Lo apago, de muy mala gana, pero no le quedaba otra, tenia que levantarse de aquel sueño imposible.
La esperaba un día largo, muy poco interesante, pero largo al fin. Se preparo torpemente el desayuno, unas tostadas, que para colmo se le quemaron, un café sin leche porque la que había estaba vencida y lo tomo lo más rápido que pudo para evitar el sabor amargo del sueño.
Ya vestida agarro el bolso, unas carpetas que tenia sobre la mesa y salió apurada para no perder el tren que la llevaba a la facultad. Para no romper con el mal día llego corriendo al anden y despidió al transporte que se le escapaba justo en las narices. Se acerco a la boletería, pidió el boleto y con una voz grave el señor que se lo vendió le dijo que iba a tener que esperar el próximo tren varios minutos mas de lo habitual, pues el gremio de ferrocarriles estaba de huelga una vez más. Encontró un lugar en un asiento alejado de la boletería, se sentó y pensó en escuchar algún CD de esos que siempre llevaba a todos lados. Pero la mala suerte no quería abandonarla y el discman se le quedo sin pilas antes de terminar el primer tema. No le quedo otra que meter sus cosas en la pesada mochila y quedarse admirando la nada mientras esperaba. Como había supuesto hacia minutos atrás el próximo tren iba a estar plagado de gente, como pudo, sintiendo empujones de cada lado de su cuerpo logro introducirse en aquel artefacto tecnológico que la acercaría a destino. Al llegar a la otra estación tuvo que hacer hasta lo imposible para que el movimiento de la gente no la bajara y tuviera que esperar en el anden, sin música y llegando tarde.
Por fin la ultima parada. Se bajo intentando no perder el equilibrio, esquivando a la gente que la empujaba de derecha a izquierda y de izquierda a derecha.
Camino hasta la calle, con un paso lo más rápido que pudo entro a su clase, tomo asiento en el suelo, por la hora que era ya no quedaban asientos vacíos. Sintió el frió del suelo en sus nalgas, saco el cuaderno, una lapicera para tomar notas y busco el trabajo que había realizado durante tres semanas para entregarlo. No pudo soportar la angustia que sintió cuando se dio cuenta que no tenia la copia final con ella, que en cambio había agarrado el tercer borrador, al cual le faltaba la conclusión final. Numero las hojas así no mas... 1, 2, 3... 53, 54... y se decidió a entregar eso, el tiempo no le daba para que volviese a buscar el original. Y teniendo en cuenta lo exigentes y mal humorados que eran las personas de la cátedra no podría dar explicación alguna, su trabajo se había perdido en el escritorio de su casa.
Tomo alguna que otra nota, pero el sueño, el frío y la lejanía a los profesores no la dejaban escuchar lo suficiente. Termino la clase, entrego el trabajo sabiendo que era difícil que obtuviese una buena nota y se adelanto a la noticia del paro de ferrocarriles para salir corriendo a tomar el tren que la llevaría a su trabajo. Por suerte no tuvo que esperar demasiado.
Una jornada como todas las anteriores, aburrida, sin el menor movimiento, insignificante, in gratificante, pero ya estaba acostumbrada.
Cuando salía del trabajo busco el celular, que por suerte si había recordado llevar, pero casi nunca usaba, pues nadie la llamaba con frecuencia. Marco los números que necesitaba para llamar a su pareja. Hablaron pocos minutos, por no decir pocos segundos y quedaron en encontrarse unas horas mas tarde en el departamento de ella.
Camino a casa paso por un supermercado, eligió la comida favorita de el, velas de todos los tamaños, unos sahumerios con aroma a jazmín, quería que esa noche fuese mágica. Apuro el paso, no tenia mucho tiempo y quería sorprenderlo.
Cocino lo mas rápido que pudo, coloco las velas de forma estratégica para que la iluminación no encandilara sus miradas y pudiesen deleitarse mirándose, prendió dos sahumerios así la casa olía bien y se dirigió a la ducha. Sintió como el agua recorría su cuerpo, y no pudo resistirse a aquella sensación, por lo que alargo el baño mas de lo previsto. Pero el olor a quemado que emanaba la comida la hizo romper con el encanto, como pudo salió de la ducha, agarrando una toalla que tenia a mano, mojando todo el camino del baño a la cocina, pero era tarde, la comida parecía mas un carbón que otra cosa. Resignada apago el fuego, volvió al baño y se cambio, a pensar de lo frustrada que se sentía se puso su mejor vestido, seco el piso y ordeno comida china, que aunque no fuese comida casera y la preferida de el también le gustaba.
Ya era la hora del encuentro, lo esperaba nerviosa, a pesar de todas sus citas anteriores y la costumbre de verse seguido no podía dejar de temblar al saber que lo volvería a ver. Pero el reloj paso de largo, no se detuvo en ese instante en el que el tenia que golpear escucharse el golpe de la puerta. Parecía que el tiempo tenia mas prisa que nunca y aceleraba sus agujas los minutos simulaban ser segundos.
A la hora de su ausencia ella comenzó a preocuparse mas de lo deseado, empezaba a imaginar cada desgracia que le podía haber pasado, cómo el no había llegado a la cita, le habría pasado algo. Su mente recorrió accidentes, robos, catástrofes hasta que llego a reconocer los números de su teléfono. Los marco lo mas rápido que pudo para confirmar que se había quedado dormido o algo similar que no lo haya dañado, aunque el enojo por su tardanza estaba haciéndose notar. Cuando por fin termino de marcar los números así apurada como estaba comenzó a sonar el teléfono del otro lado justo en ese momento donde el reloj se alía con el tiempo y deciden que cada segundo ahora es infinito.
Una voz familiar al otro lado del teléfono –que no era masculina en ningún sentido- que le decía cosas que no entendía en un tiempo que no entendía de una forma que no entendía con explicaciones que no entendía con un perdón que la sorprendía. Ahora la voz de el repitiendo sin sentido palabras fuera de su alcance una excusa poco creíble, aquella voz familiar –que reconoció como la de su mejor amiga- de fondo que lloraba sin parar pidiendo perdón.
Su grito termino con el tiempo, lo inmovilizo, pidió una explicación un poco mas razonable y ahí estaba todo. El amor se quebraba en una sola frase. La noche se esfumaba junto con la ilusión, el mundo se venia abajo y ahí estaba, sentada con el teléfono en su mano con su mejor vestido, el olor a jazmín que ahora le resultaba nauseabundo y una comida que comenzaba a odiar.
Hay días en los que es mejor no despertar y hay noches en las que mejor no pensar.
La encontraron varios días después en la misma pose, con un olor desagradable y penetrante en el ambiente, no supieron distinguir si aquel aroma venia de la comida añeja o de la sangre de sus muñecas.

viernes, septiembre 02, 2005

aCLaRaCioN...

El blog en si es negro y gris... pero dado ke el pekeño Marujis se kejaba de dolores en sus ojitos al leer me vi obligada a cambiarlos...
Kedara asi x mucho tiempo? nose... veremos!
Besos!