jueves, noviembre 16, 2006

SiLeNCioS...

Dónde están las palabras cuando mas las necesitas?
Cómo hilar palabras si no sabes lo que queres decir?
Y cuando si sabes lo que queres decir y las palabras no fluyen?
Cuando las palabras tienen miedos, cuando no sabes el cómo, la forma correcta, el instante preciso. Cuando se piensa que esas palabras pueden tener una consecuencia que te aterra y te deja inmóvil.
Diccionarios me sobran, saber que quiero gritar ya lo se. Y si, me da miedo. Me aterra pensar en las consecuencias de algo tan simple como unas palabras unidas por unos espacios –vacíos- silencios que son odiados.
Silencios. Los odio. No los reconozco. Aunque siempre fueron una compañía. Miedos insoportables, silencios insostenibles. Inmóvil frente al fracaso más inverosímil.
Dudas perturbadoras. Y otra vez palabras mudas. Y de nuevo silencios que piden a gritos ser cayados.
Mis labios articulan palabras dolorosas. Palabras de esperanzas. Mis labios se enmudecieron frente a lo ajeno. Frente a la posibilidad de olvidar. Frente a un silencio compartido.
Deseos inigualables que me acompañan sigilosamente. Siempre detrás de cada paso que desee dar. Deseos de ayer, deseos de mañana, deseos incumplidos, deseos imposibles.
“No olvido lo que olvidan otros” y quiero olvidar. Quiero cerrar, quiero pasar al frente, pero los deseos, las palabras, los silencios imposibilitan el paso. Aunque el olvido es ignorante, es odioso, es simplemente el temor reflejado en un presente, hay veces que quiero olvidar y no lo siento. Intentos de desarraigo y una palabra olvidada. Un silencio comprometedor, un callar que hace recordar.

1 comentario:

Samborita Khayatte dijo...

Hay personas -calculo que serán las que tenés más miedo de perder- a las que no se les puede decir todo. Pero a pesar de que no predico con el ejemplo, también está bueno que haya "silencios que prefieras callar" q te los guardes, y los llenes de palabras que quieras decir, de gestos que no importen disimular, de lágrimas que se caigan solas. Porque cuando no queda nada que perder, lo único que queda es ganar. Y quizás no ganes lo que vos quieras ganar, pero puede que ganes derribando una pared de hielo que en este momento congela mucho. Te quiero mucho.