lunes, julio 27, 2009

Inesperado. Ajeno.

El momento, justo, impensado. Cuando tus manos se entrecruzan con las mías y nace ese silencio ensordecedor. Cuando se quiebran los labios de tanta sequedad. El deseo de proximidad que nos aleja y nos acerca. El querer tenerte y solo poder asustarme y llorarte y extrañarte, todo para volver a soñarte.

Y creo en tus palabras, que me llegan, me sonríen, me esperanzan, me abrazan, me desnudan. Y se alejan, y me dejan, desnuda, frente a una multitud desconocida. Que mira mis largas piernas y me femineidad que tiembla y se avergüenza de haberte creído, de haberte querido.

Y me cubro y huyo, me escondo más en mí. Y me envuelvo en mis brazos, en tus palabras y no aprendo. Hundo la cabeza en mis rodillas para silenciar tu voz que me aturde, y me deja ciega.

Y te odio, te maldigo, imagino y sueño verte desnudo frente a una multitud desconocida, pero de mi no salen palabras...

1 comentario:

Tini dijo...

Muy bonitos tus escritos... he paado por casualidad.... la casualidad del nombre Saludos!!